Por Adrián Pertoldi
Alexis Sánchez tal vez se equivocó de país. Y no lo considero como un agravio a la historia del fútbol de Chile, una tierra con un riquísimo pasado y grandes formaciones y futbolistas en su haber. De Figueroa llegando a Zamorano y Salas. Pero Alexis tiene características del futbolista brasileño, con ese talento indescifrable cuando tiene la pelota en sus pies, siempre vertical y esa arrogancia en su andar que si dijeramos que nació en Río nadie lo habría discutido. El Alexis que vimos en River, a pesar de que fue desaprovechado por Diego Simeone, quien nunca le encontró el lugar justo, ya destellaba un calidad que muy, pero muy pocos poseen. Sí, a veces pecaba de morfón, de engolosinarse y creer que podría amagarse a los once rivales. Errores de juventud, que aunque sigue siendo un pichón, esta temporada en Udinese, en el particular fútbol italiano, lo transformó en un jugador más pensante, inteligente, que sabe aprovechar sus virtudes y comprende que el juego en equipo es un factor vital para que él se pueda lucir. Y también no nos olvidemos de la ayuda que es tener a Marcelo Bielsa dirigiendo al país trasandino. El Loco, por fin reconocido por algunos que cuando dirigía Argentina lo bastardeaban, ubicó perfectamente al chico nacido en 1988 sobre los costados, posición en la que se siente pleno y que lo ha llevado a erigirse como uno de los futbolistas más regulares de las Eliminatorias.
Si hablamos de Chile, la vedette del fútbol sudamericano, según los periódicos chilenos, encontraremos una gama de valores muy jóvenes como Beasejour (otro acierto de Bielsa), Orellana, Estrada, Mati Fernández, Valdivia, entre otros. Aunque Sánchez claramente está un peldaño por sobre ellos. Es la habilidad y el atrevimiento, la velocidad y las pausas, los desbordes y los centros. Miralo como creció Alexis. Y hasta lo miran de Manchester...
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